Una ultrasonografía abdominal es un procedimiento imagenológico utilizado para examinar los órganos internos del abdomen.
Incluyendo el hígado, la vesícula biliar, el bazo, el páncreas y los riñones.
Los vasos sanguíneos que van a algunos de estos órganos también se pueden evaluar empleando el ultrasonido.
El ultrasonido se utiliza para ayudar a diagnosticar dolencia abdominal, tales como:
Además, el ultrasonido puede usarse para proveer guía en las biopsias.
Una vez que el paciente está frente al médico ultrasonografista, éste último deberá realizar algunas preguntas que permitan comprender el estado del paciente.
Se preguntará sobre exámenes complementarios abdominal.
Se prestará atención sobre los antecedentes patológicos del paciente y en especial los antecedentes quirúrgicos.
El estudio abdominal será completo.
No debe realizarse, por ningún motivo, de manera fragmentaria, a pesar de que la indicación del estudio sea por ejemplo el examen del hígado.
Es necesario iniciar el examen con la revisión de la región pélvica ya que como se ha mencionado.
La vejiga urinaria debe ser vaciada lo más pronto posible para evitar la incomodidad del paciente.
Antes de iniciar el examen de ultrasonografía abdominal se deberá de explicar al paciente la forma en que se realiza el estudio.
Se recomienda descubrir las regiones que van a ser exploradas en la forma estrictamente necesaria y guardando siempre una actitud de atención al enfermo.
La vejiga urinaria no debe ser llenada en forma excesiva.
Su llenado será moderado y con el único propósito de utilizarla como ventana acústica.
El llenado vesical tiene como propósito llevar hacia arriba las asas intestinales que por su contenido gaseoso, ofrecen una barrera al paso del sonido.
El transductor se aplica a nivel de la vejiga urinaria para utilizarla como ventana acústica y observar las estructuras pélvicas.
Una vez realizada la exploración pélvica, se procede a la exploración del resto del hemiabdomen inferior y a continuación se revisa el hemiabdomen superior.
Consiste en la administración oral de medio de contraste, el cual va a ser concentrado paulatinamente por la vesícula biliar.
Al alcanzar la concentración máxima se observará, transcurridas algunas horas, aumento en la densidad radiológica de la bilis lo cual se manifiesta en las radiografías con un tono blanquecino.
El aumento en la concentración del medio de contraste indica que la función de concentración de la vesícula biliar está preservada, por lo cual, puede descartarse proceso inflamatorio agudo.
Se observará la densidad radiológica de la bilis, lo cual permite valorar cualitativamente la capacidad de concentración de la pared vesicular.
Analizar eventuales cambios intraluminales de la vesícula biliar, tales como la presencia de cálculos biliares, pólipos o neoplasias de otra naturaleza
En la colecistografía oral es posible contar y medir los cálculos en forma más precisa, los cuales se representan como defectos de llenado intraluminal.
Artículo escrito por la Dra Maricarmen Lara Carbajal
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