El 50% de hombres experimentará al menos un episodio de prostatitis en su vida, y 2 a 3% de la población masculina tendrá prostatitis bacteriana.
Afecta a los hombres de todas las edades y es la tercera enfermedad urológica más común.
La prostatitis crónica es el diagnóstico urológico más común en hombres menores de 50 años y por arriba de esta edad es el tercer diagnóstico más común.
Desde 1998 los grupos cooperativos de salud clasificaron la prostatitis en cuatro categorías:
PROSTATITIS AGUDA
Las manifestaciones clínicas más comunes de prostatitis aguda son:
La prostatitis aguda bacteriana está perfectamente reconocida como una entidad en la cual la historia clínica y el examen físico son habitualmente suficientes para confirmar el diagnóstico.
El inicio puede ser brusco por los signos y síntomas de un paciente con enfermedad aguda del tracto urinario bajo.
El tacto rectal forma parte importante del diagnóstico. La próstata se puede encontrar muy sensible, caliente y reblandecida.
No se debe de aplicar presión sobre la glándula, tratan- do de evitar al máximo la cateterización transuretral ya que pudiera complicarse en ambos casos con manifestaciones clínicas de bacteremia.
Categoría II
La prostatitis crónica bacteriana está asociada con episodios recurrentes de infección del tracto urinario bajo bien documentados, causados por el mismo organismo, más comúnmente Escherichia coli.
Estas infecciones usualmente se acompañan por síntomas leves como frecuencia urinaria, urgencia y disuria o pueden presentar una larga historia de dolor pélvico, presumiblemente referidos a la próstata:
• Dolor perineal. • Dolor abdominal bajo. • Dolor referido a genitales (dolor del pene o testicular).
• Incomodidad o dolor a la eyaculación. • Dolor rectal. • Dolor de espalda baja. • Constipación.
Categoría IIIa y IIIb (inflamatorio y no inflamatorio)
El síntoma predominante en este grupo es el dolor, más comúnmente localizado en el periné, área suprapúbica y el pene.
Así como en los testículos, en la región inguinal o región baja de la espalda.
Al igual que en la categoría II se puede presentar dolor durante o después de la eyaculación, algunos pacientes pueden presentar síntomas obstructivos o irritativos, que pueden variar a través del tiempo.
Sin embargo, la diferencia con la categoría II está dada por la ausencia de un cultivo positivo.
La presencia de leucocitos en la orina posterior a masaje prostático o líquido seminal se hace presente en la IIIa, a diferencia de la ausencia de éstos en la IIIb
Categoría IV
Caracterizada por ausencia de síntomas.
Los datos de inflamación se obtienen por hallazgo incidental en biopsia prostática, estudios histopatológicos de la glándula, o por leucocituria, o líquido seminal.
En general, estos pacientes acuden a consulta a revisión de la próstata, por elevación del antígeno prostático, infertilidad, o disfunción eréctil.
Artículo escrito por el Dr. Christian A. Patatuchi Cordero.
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